martes, 1 de julio de 2014

ES PELIGROSO QUEDARSE EN EL OJO DE LA TEMPESTAD




"Sabemos que una emoción no es más que una emoción. Llega y permanece un momento y después deberá partir, como una tempestad. Una tempestad llega, queda un momento y deberá partir.

No debemos morir a causa de una emoción, nosotros somos verdaderamente más grandes que una emoción, verdaderamente, verdaderamente más. Entonces, cuando sintáis que la emoción va a manifestarse, que llega, es muy importante que os instaléis en una posición sentada, una posición bien estable, como yo estoy ahora.

Incluso podéis acostaros, es también una posición muy estable, y dirigís vuestra atención a vuestro vientre y estáis atentos a sentir vuestro vientre elevarse y descender. Respiráis profundamente y concentráis toda vuestra atención a sentir vuestro vientre elevarse y descender. En posición de loto, como yo estoy, yo diría que el nivel de mi cabeza es el remate del árbol. No me quedaré aquí, desplazaré mi atención hacia abajo, hacia el tronco del árbol que está justo debajo del ombligo.

Sabéis que es peligroso quedarse en el ojo de la tempestad. El ojo de la tempestad está en la cabeza, entonces descended hasta debajo del nivel del ombligo y comenzad a practicar la respiración en plena conciencia, inspirad y espirad profundamente y concentrad toda vuestra atención sobre vuestro abdomen que se eleva y desciende.

Podéis practicar así durante diez, quince o veinte minutos y veréis que estáis fuertes, lo bastante fuertes para resistir a la tempestad. En la posición sentada o acostada, engancharos a vuestra respiración como una persona se engancha a su chaleco salvavidas en la mitad del océano y os daréis cuenta que sois lo bastante fuertes para resistir a la emoción y un poco más tarde esta emoción partirá. Durante este momento de respiración, podéis observar que una emoción no es más que una emoción y que vosotros sois mucho, mucho más que una emoción. Una emoción es algo impermanente".
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Thich Nhat Hanh

REFLEXIÓN DEL DÍA



¿Aprecias la maravilla de tu propia mente? Con tu mente puedes crear belleza y puedes buscar la verdad. Puedes soñar sueños de perfección. Puedes sentir el descontento divino que es el emblema de la humanidad. Puedes atreverte. Puedes perseverar. Puedes evocar el pasado. Puedes planificar el futuro. Puedes alzarte más allá de la neblina de estrellas más lejanas. Puedes explorar el átomo. Puedes adentrarte solo en la quietud de ti mismo. Puedes elevarte en oraciones hacia Dios. Puedes dar forma a herramientas y adquirir conocimiento. Puedes ganar dominio sobre el universo externo. Puedes lograr la maestría de ti mismo. 
Mónica Roldán